viernes, 14 de junio de 2013

Y llegó el viernes...

¡Llegó el viernes! Antes exclamaba con alegría la llegada del viernes. Antes, los viernes eran especiales. Llegaba el fin de semana, llegaba el tiempo de hacer planes, de organizar quedadas, cenas, salidas con los amigos y familiares. Antes, los viernes eran motivo de alegría, llegaba el tan ansiado descanso de la semana. Comenzaba el tiempo de hacer de todo o, si se prefería, no hacer nada. Antes, ansiaba la llegada de los viernes. Era mi día favorito de la semana porque todo lo que le rodeada denotaba alegría, diversión, descanso, tranquilidad, tiempo para salir de la rutina y, sobre todo, tiempo para exprimir al máximo a los míos. Ahora... ahora me siento desconcertada porque... "de nuevo llegó el viernes"... ahora ese comienzo del fin de semana es muy distinto. El viernes da paso al fin de semana, donde hay más tiempo libre, más tiempo para pensar... más tiempo para notar su ausencia... más tiempo para comprobar que si mi rutina ya es diferente, el tiempo libre lo es más. Ahora, ni siquiera sé si tengo día favorito de la semana. Quizás por eso hoy no me sienta muy inspirada. Que desconcierto... antes, me conformaba con que fuera viernes pero, ahora... ahora "de nuevo llego el viernes..."

3 comentarios:

  1. Pero espera ... si el viernes es lunes, pero tu semana sigue teniendo el lunes normal; ahora tienes dos lunes. ¡Eso es demasiado! ¡ Hay que hacer algo para que tus semanas vuelvan a tener sólo un lunes!

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  2. Exactamente, dos lunes no, por favor! Algo se nos ocurrirá, seguro. Mientras tanto, mejor no saber en qué día vivimos.

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