martes, 30 de julio de 2013

Digo yo que seguirán existiendo ¿no?

Es terrible, cada vez que veo el telediario me hago la misma pregunta: ¡¿dónde quedaron las buenas noticias?!

Resulta increíble, noticia tras noticia, uno entra en un estado de tristeza, malestar, conmoción... Un incendio que arrasa numerosas hectáreas, un accidente ferroviario que se lleva numerosas vidas, un bebé abandonado en un contenedor de basura, perros que se quedan sin dueños al llegar el verano, fraudes fiscales, políticos que se suponen al servicio del pueblo, robando el dinero de todos... ¡Dios mío! Esto es de locos, este mundo está "patas arriba"... Imágenes desoladoras, comentarios devastadores... los telediarios se han convertido en series dramáticas, lástima que se trate de la cruda realidad... Una ha de mantenerse informada porque, por muy malo que resulte todo lo que nos cuentan, no podemos desentendernos del mundo en el que vivimos. Cierto es que tenemos diferentes medios: televisión, prensa escrita, radio... pero a veces resulta muy complicado sentarse delante del televisor, coger el periódico o encender la radio para oír las noticias.  Hay quien piensa que algunos medios son menos objetivos que otros. No obstante, en los tiempos que corren, a mi me resulta igual de triste uno u otro, pues pareciera que las malas noticias tienen el protagonismo absoluto. Por mi parte, he dejado de ver los telediarios del mediodía porque, de lo contrario, haría un corte de digestión o, directamente, se me quitarían las ganas de comer. 

Debería de existir un telediario de buenas noticias... digo yo que seguirán existiendo ¿no? Deberíamos recopilar las noticias buenas que veamos cada día y publicarlas, pregonarlas... Estamos en un estado en el que la escucha continua de noticias tristes, crueles e injustas, hacen que nos contagiemos de un estado anímico mohíno a la par que frustrante. Hay que estar informados sí, pero no es necesario aunar las desgracias y "cebarnos" con ellas. Lo que necesitamos es recomponer nuestro estado de ánimo y lograr un positivismo que parece olvidado. Hacernos eco de lo bueno que sucede en el mundo para poder cambiar nuestra mentalidad. Puede que lo que digo sea una utopía pero quizás, de este modo pondríamos un granito de arena más para poder afrontar lo malo que venga. Hay noticias que son malas porque alguien las provoca, de otras decimos que son desgracias porque nada podía hacerse por evitarlas... No sé si esto último será cierto o si lo que ocurre es que se nos escapa de nuestra mente su explicación, la cuestión es que si tenemos que convivir con esas noticias penosas, mejor hacerlo con el ánimo para luchar contra algunas, para afrontar y asumir otras, para remediar varias, y para poner fin a todas las que se puedan. Por esta razón, busquemos las buenas noticias y que nos contagien su júbilo. 

Por mi parte, me comprometo a hacer una entrada que esté llena de buenas noticias y así como en dos ocasiones hemos "jugado" con los refranes, hagámoslo con las noticias positivas porque... digo yo que seguirán existiendo ¿no?



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