jueves, 5 de septiembre de 2013

Una tarde muy agradable

La de ayer fue una tarde muy agradable. Sólo bastó la compañía de tres grandes amigos, “dos algarrobas y un osito de gominola”, (perdonen mi simbolismo) para convertir una tarde normal y rutinaria, en un momento muy agradable y placentero. Y es que nunca he pedido mucho para ser feliz, por eso no entiendo que sucedan ciertas cosas… Pero bueno, volvamos a la tarde de ayer. La compañía no podía ser mejor, ya les echaba de menos. Y el contexto el de muchas tardes, lo que la compañía de ayer hizo que el contexto adquiriese un matiz especial. 


Un gran parque con zona infantil, zona para hacer deporte y escalada, y un lago artificial pero con cisnes y patos de verdad. Así que, con multitud de niños correteando por todos lados, adultos sin perder de vista a sus pequeños, y otros haciendo deporte, nosotros disfrutábamos los unos de los otros y babeábamos viendo como la pitu experimentaba con los remos o se quedaba con la boca abierta al ver a una mamá pata con sus once patitos nadando detrás de ella (dejo constancia de ello con la foto). Preguntas, dudas por la nueva etapa que pronto les llegará… Inquietudes, curiosidades, sueños e ilusiones compartidos y muchas ganas, por mi parte, de poder compartir “por igual” de las tardes de parque con ustedes… Gracias por hacer que la tarde de parque de ayer fuese diferente. 

Y no quiero despedirme sin dejar constancia de que hoy es el cumple de mi primo Carlitos. Creerán por el nombre que se trata de un niño pequeño, pero hace mucho que dejó de serlo para convertirse en un hombre. Pero el motivo de añadirle tal terminación a su nombre se debe a que le tocó ser el último en nacer, de la primera generación de primos. Me he propuesto en alguna ocasión llamarle Carlos, pero me resulta tan extraño. De hecho, me consta que a él también le resultaría raro que cambiásemos a estas alturas. En fin, que después de sobrevivir a todas las trastadas que le tocó sufrir cuando era un niño, incluyendo un descenso por escaleras dentro de una maleta para tratar de conseguir mil de las antiguas pesetas, se merece una ola por cada año que cumple. Jeje. ¡Muchas Felicidades! Te quiero mucho.


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